Belleza de la música.


Imagen relacionadaEn la mayoría de los casos los seres humanos tendemos a no fijarnos en las cosas que nos rodean, nos centramos en lo que es imprescindible según nuestro punto de vista particular, esto hace que en muchas ocasiones les demos menos valor del que tienen a determinados elementos que nos acompañan cada día. 

Nuestra especie tiene una costumbre un tanto peculiar, solemos apropiarnos de cosas que en realidad no son nuestras. En realidad, el ser humano no es el que inventó la música. Sí, es cierto que aportamos los sonidos y los convertimos en notas, que cogimos esas notas y las organizamos en pentagramas y compases… pero todo esto no es lo que forma la música. 
   Para controlarla y poder formar nuestras propias melodías nos inventamos esto, pero la música sigue y seguirá existiendo incluso sin este tipo de sistema.
La música nos rodea, está en todas partes: es el canto de los pájaros, el viento soplando la fresca hierba de primavera, el roce de las hojas contra el suelo, los ladridos de nuestro perro, las risas de alguien a quien quieres, el latido de nuestro corazón… todo esto y más es parte de la música.
   Aunque no lo creamos nos hemos hecho dependientes de ella, la buscamos y la necesitamos, porque es algo que nos da sabor. Nos hace pensar, aunque sea durante un instante, que formamos parte de algo importante. Muchas veces hace que nos olvidemos de nuestros problemas y del aburrimiento, aunque sea durante unos pocos instantes.
   Debemos valorar lo que tenemos, abrir los ojos y estar atentos a lo que nos rodea porque, en ocasiones, lo que creemos que es importante no lo es en absoluto y lo que consideramos una trivialidad es algo indispensable en nuestra vida.
   No creo que pudiésemos soportar un mundo dominado por el silencio, sin poder producir ningún tipo de sonido para comunicarnos.



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